La Universidad de Sevilla publica una investigación sobre la gestión de la arqueología en Córdoba durante el siglo XX

¿Cuál es la historia de la arqueología en Córdoba durante el siglo XX? ¿Qué instituciones jugaron un papel clave en la conservación del patrimonio arqueológico en Córdoba? ¿Cómo la evolución de la normativa impactó en la gestión del patrimonio arqueológico en Andalucía? ¿Cuáles fueron los principales hallazgos arqueológicos en Córdoba y su relevancia histórica?
Estas son algunas de las incógnitas a las que ha buscado dar respuesta la historiadora Matilde Bugella Altamirano en el libro La arqueología en Córdoba durante el siglo XX: las instituciones responsables de la protección del patrimonio arqueológico; una publicación puesta en marcha por la Universidad de Sevilla y la Junta de Andalucía, y que es fruto del proyecto de investigación doctoral de su autora.
Según la autora, “el abrumador patrimonio histórico de Córdoba contrasta, paradójicamente, con el escaso número de estudios dedicados a su investigación científica”. Este volumen, por ello, “aborda el trabajo acometido por aquellas personas e instituciones que durante la pasada centuria protagonizaron las labores arqueológicas en este ámbito geográfico”. Por sus páginas desfilan nombres tan importantes para la arqueología cordobesa como Enrique Romero de Torres, Rafael Castejón, Samuel de los Santos Gener, Félix Hernández o Ana María Vicent.

Cronológicamente, este trabajo está comprendido entre la entrada en vigor de la primera ley que se ocupa del patrimonio arqueológico, la Ley de Excavaciones de 1911, y la vigente Ley de Patrimonio Histórico de 1985, coincidente con el traspaso de las competencias en materia de cultura y patrimonio desde la administración estatal a las comunidades autónomas.
Partiendo de un límite cronológico marcado por la asunción de las competencias en materia de cultura por parte de la Junta de Andalucía, la obra recorre yacimientos, monumentos y hallazgos de la mano de las instituciones destinadas a su conservación. Se trata de una investigación arqueológica que corre paralela a la evolución urbanística de la ciudad y que aborda la importante función desempeñada por los museos, desde los ubicados en la propia ciudad, el Museo Arqueológico Provincial y el de Bellas Artes, al Museo Arqueológico Nacional e, incluso, instituciones extranjeras que albergan piezas de procedencia cordobesa en sus colecciones. Reconoce, asimismo, el trabajo de instituciones hoy desaparecidas, como la figura del arquitecto conservador de monumentos y la denominada “Administración honorífica”.
Este acercamiento a la historia de Córdoba, desde sus fundamentos arqueológicos, nos permite redescubrir la ciudad, narrada por las piedras que la cimentan y por quienes supieron descubrirlas y apreciarlas.

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