Espeleología

De Montilla a las entrañas de la Tierra: María Hidalgo conquista el Gran Pozo MTDE

La audacia y la destreza tienen acento montillano. La espeleóloga María Hidalgo Espejo, natural de Montilla y apasionada de los desafíos subterráneos, ha completado con éxito el descenso del Gran Pozo MTDE, una proeza que la sitúa en la élite de la exploración espeleológica. Este logro implica enfrentarse a la segunda mayor sima de caída vertical absoluta del mundo, un abismo que ha puesto a prueba la pericia y la fortaleza mental de la cordobesa.

El escenario de esta aventura es el Gran Pozo MTDE, ubicado en el municipio de Ruesga, en Cantabria, dentro del Macizo Kárstico de Porracolina, en el Alto Asón. Descubierto y explorado en 2016 por grupos como el Club Cántabro de Exploraciones Subterráneas (CCES) y Ábrigu, este gigante geológico no es una cavidad cualquiera. Con sus impresionantes 435,92 metros de caída vertical ininterrumpida -1,5 veces la altura de la Torre Eiffel-, ostenta el título de la vertical más profunda de España y la segunda del mundo en esta categoría, solo superada por la sima Velebit en Croacia (513 metros). Su nombre, MTDE, rinde homenaje a la empresa “Material Técnico de Espeleología”, que apoyó su exploración.

Adentrarse en el MTDE es un viaje a un mundo diferente. La sima, formada en roca calcárea, presenta una imponente forma cilíndrica y alberga formaciones kársticas típicas. El acceso, situado a unos 900 metros de altitud, es regulado y exige una alta preparación técnica y física. De hecho, la magnitud del pozo es tal que una piedra lanzada desde su boca tarda aproximadamente 12 segundos en alcanzar el fondo, que conecta con la conocida como “Sala Maldita” del sistema de la Torca del Tejón. Además de su espectacularidad, el Gran Pozo MTDE posee un notable valor científico, albergando incluso especies de invertebrados únicas, como el milpiés endémico Cantabrodesmus lorioli.

En este contexto de extremos geológicos y técnicos, María Hidalgo Espejo ha demostrado su valía, descendiendo la totalidad de esa caída de casi medio kilómetro. Un logro que requiere no solo un dominio excepcional de las técnicas de progresión vertical, sino también una meticulosa planificación y una gran fortaleza. De esta manera, la montillana suma un logro más a su registro, donde ya radican otros destinos como Madeira, Portalet, Monachil o la gouffre d'Enfer, en los Pirineos.

La noticia de su éxito ha resonado con especial orgullo en su tierra natal. El Ayuntamiento de Montilla, conocedor de la magnitud del reto superado por su vecina, “una montillana enamorada de la montaña”, felicitó públicamente a Hidalgo a través de un comunicado el pasado 21 de mayo: “¡Desde Montilla te mandamos un gran abrazo, campeona!”. Un reconocimiento local para una hazaña de alcance internacional en el mundo de la espeleología.