Registran la presencia del castor europeo por primera vez en Córdoba

Investigadores de la Universidad de Córdoba han documentado por primera vez la presencia del castor europeo (Castor fiber) en la provincia cordobesa. El pasado 10 de mayo fue observado un ejemplar muerto de esta especie en la presa El Salto, en el río Guadalquivir, en el límite municipal entre El Carpio y Pedro Abad, en la provincia de Córdoba, según exponen los investigadores del departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba José Castón Bogallo y José Guerrero-Casado.
Su hallazgo, publicado en un artículo en la revista científica Trianoi -que refleja investigaciones a nivel de la provincia de Córdoba-, constata el primer registro de castor europeo en la provincia de Córdoba tras su extinción hace siglos en la Península Ibérica. Desde el año 2003 el castor europeo ha sido reintroducido de forma irregular en las cuencas del Ebro, Duero, Tajo y, recientemente en el río Guadalquivir. Y esta es la primera vez que se halla un ejemplar en Córdoba.
Según consta en el artículo sobre este hallazgo, se estima que el castor encontrado muerto tendría una longitud total (hocico-cola) de unos 50-60 centímetros y la cola más estrecha confirma que se trata de castor europeo (Castor fiber) y no de castor americano (Castor canadensis), exponen los investigadores. El castor es considerado como una especie ingeniera de ecosistemas por su capacidad para modificar la dinámica fluvial.
“Esta observación está a 70 kilómetros en línea recta, aproximadamente, de los registros de castor conocidos en la provincia de Jaén. No sabemos si la especie ha colonizado ya el curso del Guadalquivir a su paso por la provincia, o si bien este ejemplar falleció en Jaén y llegó arrastrado por la corriente hasta la presa, por lo que se deberían realizar algunos muestreos para confirmar su presencia en este tramo del río”, solicitan.

Presencia del castor en España
El castor europeo o euroasiático (Castor fiber, Linnaeus 1758), es una especie de roedor autóctono que estuvo ampliamente distribuida en Europa, pero que fue perseguida hasta casi su extinción por su piel, el aroma de sus glándulas anales y su carne, recogen los investigadores en su estudio. Tras alcanzar mínimos históricos en la primera mitad del siglo XIX, las poblaciones han aumentado sustancialmente gracias a la protección legal de la especie y a la puesta en marcha de diversos programas de conservación, incluyendo su reintroducción. Gracias a ello, la especie se encuentra ahora presente en numerosos países europeos, y se estima que sus poblaciones aumentaron un 75% entre 2002 y 2012.
En la Península Ibérica, tras siglos de ausencia, la especie fue observada por primera vez en 2003, tras la liberación no autorizada de ejemplares en la cuenca del río Ebro. Desde entonces la especie ha aumentado su área de distribución en la cuenca del río Ebro, estando en la actualidad presente en una extensa área y considerándose su población como naturalizada. Esta nueva situación obligó a realizar algunos cambios normativos, y desde 2020, la especie está legalmente protegida en España al estar incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
Recientemente, se ha observado la especie en puntos alejados cientos de kilómetros de la cuenca del río Ebro, atribuidas a nuevas sueltas ilegales. Encontraron algunos ejemplares en el río Tormes, en la cuenca del Río Duero, cerca de la frontera con Portugal y en 2024 la especie fue observada en el río Tajo, concretamente en la provincia de Guadalajara. En junio de 2023 se detectaron evidencias de la presencia de castor en el río Guadalquivir, concretamente en Villatorres y Torreblascopedro, en la provincia de Jaén.
“Considerando la lejanía entre estas cuencas hidrográficas, la ausencia de registros intermedios y la capacidad de dispersión de la especie, hace improbable la explicación por dispersión natural y todo apunta a nuevas sueltas ilegales de castores”, sostienen los investigadores cordobeses.
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