Y repito… señores ¿no existe alguna manera de evitar que ir a la feria de Córdoba signifique que hasta los mocos te salgan color albero? Mi hermano, listo e ingeniero, que no político, dice que, si el albero lo mezclas con cal, o cloruro de calcio, se queda compacto y sin polvo. Señor alcalde, que sabemos que la Feria de Córdoba está en El Arenal, pero, digo yo, a veces hay que trascender de los nombres que uno tiene y no creérselos a pies juntillas.
En fin, de nuevo la queja del pasado año, que a persistente nadie me gana ¿qué más tenemos que decir para ahorrarnos los litros de detergente que gastamos para arrancar ese magma amarillo que cada día reboza nuestros trajes de volantes y lunares? Bueno, no quiero ni pensar en cómo llegarán las chaquetitas blancas de lino, tan de moda este año entre los dandis cordobeses. Y de los zapatos, ni hablamos. El año pasado tiré unos. Este, otros.
Y ahora viene lo bueno. Sí, lo reconozco, hay cosas que han mejorado, como los buenos vinos. Aucorsa, sobresaliente y los taxis más abundantes, la verdad. O menos gente para repartirnos tan escaso bien en esta ciudad. Sadeco de nuevo la matrícula. Ese vídeo de Isabel Albás recogiendo basura y los cascos de botellas al amanecer me ha robado el corazón. ¡Gracias Isabel por poner entusiasmo en lo que haces!
Y el premio de este año va para las iniciativas de nuevas casetas que, además, han triunfado en el polvaral - digo, en el arenal -. Una feria que crece en ideas y proyectos nuevos, con casetas para todos los gustos, es una feria viva y que tiene el futuro garantizado. Y mi enhorabuena rotunda a la caseta de El Círculo de la Amistad. Después de aquellos años en los que alcanzó sus más altas cotas de belleza, refinamiento, gusto y oferta musical, instalada en el mejor sitio de la Feria de la Victoria (¡cómo disfrute allí a la edad en la que se disfruta como nunca!), su traslado al polvaral no le sentó nada bien. Han pasado los años y ahora coge cuerpo y solera. Un merecidísimo primer premio. Es, además, una caseta con alma.
Y llegamos a los dos nuevos suspensos de este año (el polvaral repite por no progresar adecuadamente). Mis 12 puntos son … ¡para el bodrio, hortera y sin sentido de esos horribles macetones gigantes, instalados a modo de atrezo innecesario, en lo más bonito de la feria, su majestuosa portada! Los que se hacen fotos parecen liliputienses en el país de Alicia la flamenca. Como la señora nueva rica que va, se coloca el Chanel y le planta unos collares horribles que desentonan hasta en el tono. Como diría Saritísima “¿pero qué invento es esto?” Por favor, señores responsables, destrúyanlos o, al menos, dejen libre de ese pecado nuestra maravillosa portada.
Y llega el otro suspenso, la feria taurina. Bueno, la microscópica feria. En Santander ocho, en la cuna del toreo, tres festejos. Para ver a El Cid o Morante, váyanse al norte. Carteles flojos, sin tirón. Toros mansos no, lo siguiente. Precios carísimos. Cero interés del mismo empresario que sí se lo curra en Santander. Y para una alternativa que tenemos, va y se nos raja el protagonista. La Córdoba taurina se nos muere. Si uno de los Califas levantara la cabeza, apuntillaba a algunos. Hay que hacer algo. A la voz de ya.
Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada.
Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta.
¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.
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